domingo, 28 de mayo de 2017

“Gran Parti”, siglo XVI #Serie Crisis y Bolsas de Valores

Las crisis son una oportunidad para mejorar, para solucionar problemas. Parecería que se dice como consuelo, pero la Historia nos enseña que es una afirmación verdadera. Pasa a nivel personal, pasa a nivel de los Estados, pasa con el Derecho y su evolución.

En pocos ámbitos resulta tan interesante analizar causas y consecuencias de momentos de crisis como en relación con la regulación económica, tanto en temas financieros en general, como en cuanto a las bolsas de valores. Por ello vamos a recordar en sucesivos post algunos de los momentos históricos de crisis que se reconocen como hitos porque determinaron cambios en el control y funcionamiento del comercio, concretamente en cuanto a las Bolsas de Valores.


La referencia más remota, formal, de crisis financiera que involucró circulacion de títulos fue la llamada crisis del “Gran Parti”,en el siglo XVI.

Tuvo lugar en torno a la circulación de “Certificados de deuda del Sacro Imperio Romano” y las “Cartas Reales” emitidos por las Coronas de Francia y España, respectivamente,en el siglo XVI. Estos títulos eran documentos de adeudo firmados por los correspondientes Reyes, Carlos V de España, que obligaban como garantía al propio Reino en la restitución del dinero cuyo préstamo (realizado por los Fugger), se había realizado a dichas Coronas.

La expectativa de cobro que justificaba económicamente la operación con los prestamistas (los Fugger encabezan a un conjunto de inversores) era la posibilidad de cobrar gracias a la riqueza (o su expectativa...) procedente de América (“América pagará”, era el dicho). Todo se sustentaba en los numerosos embarques de piedras preciosas del Nuevo Mundo. Con los metales preciosos llegados inicialmente se pagaron intereses de un gran volumen de esos créditos

En cierto momento de auge el Ministro de Finanzas del Rey de Francia unificó todos los certificados de la deuda (cartas reales, certificados) en un solo documento de empréstito global, de todos ellos: fue el llamado “Grand Partí”. Por medio de esta decisión aumentó el tipo de interés a 16% (era de 12%). No obstante, para aprovechar esa oferta de intereses tan altos, los adquirentes de certificados del Grand Partí debían pagar en efectivo el 30% del valor del nuevo empréstito y por el resto, 70%, entregaban los certificados de deuda que tenían hasta entonces en su poder; es decir, hacían un canje de deuda.

Entusiasmaba tanto la oferta, que se cuenta que la gente (aún sin demasiados recursos económicos) realizó grandes esfuerzos pra obtener fondos para adquirir certificados del Grand Partí: vendía bienes, utilizó todos sus ahorros.

Pero “explotó”...

Dos circunstancias y su consiguiente reacción determinaron, a posteriori, el fracaso de las expectativas.
Las circunstancias fueron:
1 el trascendido de que el confesor y guía espiritual del Rey de España persuadió a los Reyes de que los Evangelios son contrarios a pagar o cobrar intereses (los rumores son bravos, fueron siempre bravos...);
2 comenzó a desconfiarse del caudal de metales preciosos del Nuevo Mundo, llegaban rumores también de que no era verdad lo de los ríos de oro y demás riquezas en metales preciosos: productos naturales sí, pero pensar en términos de riquezas en piedras decían que no tanto (bueno, luego de tantos siglos esta parte la tenemos clara...).

Los Fugger, poderosos, que estaban en Madrid, viendo el desarrollo de los acontecimientos reaccionaron un día de 1557: decidieron que no iban a conceder nuevos créditos a la Corona.

Así tuvo lugar una verdadera carrera o “corrida” de todos los poseedores de certificados de deuda del Grand Partí (acreedores de la deuda) para desprenderse de los títulos, para amortizar los empréstitos. No alcanzó el dinero circulante para pagar todo ese reclamo, los acreedores debieron aceptar una moratoria. Estas circunstancias que tuvieron lugar inicialmente en España, se trasladaron rápidamente a Francia.


Cuando le fue reclamado el pago de los certificados de los empréstitos al Rey francés Enrique II, por esa época, admitió que no podía pagar, que no había ahi tampoco dinero suficiente.

Costó un tiempo que se recobrara la confianza, salir de esta situación.


Más aspectos sobre Índices bursátiles los explico en el Manual sobre Contratos Comerciales que tengo free on line en mi blog.
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