jueves, 23 de mayo de 2024

Sector regulado o Mercado Regulado


En el Derecho de la Competencia, con especial referencia a la Defensa de la Competencia, los términos "sector regulado" o "mercado regulado" hacen referencia a aquellos sectores económicos en los que la libre competencia se ve sujeta a una serie de
intervenciones estatales con el objetivo de proteger el interés público.

Estas intervenciones se materializan en forma de normas y regulaciones específicas. Buscan corregir ciertas fallas de mercado que suelen presentarse en este tipo de sectores y garantizar un funcionamiento eficiente y equitativo del mismo.





Se pueden enumerar las siguientes circunstancias comunes en los sectores o mercados regulados.

1 Presencia de fallas de mercado.

Los sectores regulados se caracterizan por la presencia de fallas de mercado que impiden el funcionamiento eficiente de la competencia. Estas fallas pueden ser de diversa índole, como monopolios naturales, asimetrías de información, externalidades o competencia desleal.

2 Intervención estatal.

Para corregir las fallas de mercado y proteger el interés público, el Estado interviene en estos sectores mediante la promulgación de normas y regulaciones específicas. Estas regulaciones pueden establecer límites a la competencia, fijar precios, controlar la entrada y salida de empresas del mercado, o imponer obligaciones de servicio universal, entre otras medidas.

3 Organismos reguladores.

La supervisión del cumplimiento de las normas y regulaciones en los sectores regulados suele estar a cargo de organismos especializados, denominados organismos reguladores. Estos organismos tienen la potestad de investigar conductas anticompetitivas, sancionar a las empresas que incumplan las normas y, en general, velar por el buen funcionamiento del mercado.


Los sectores regulados pueden ser, por ejemplo, los correspondientes a servicios públicos esenciales (como ser electricidad, agua potable, gas natural, telecomunicaciones, transporte público, etc.), industrias con alto grado de concentración (farmacéutica, petrolera, tabacalera) o incluso sectores con información asimétrica (puede ser en servicios financieros, seguros, salud). Todo depende de la situación de los Estados en los cuales se haya optado por la regulación.


En cuanto a objetivos que se persiguen mediante la regulación en sectores competitivos tales como los mencionados, se pueden destacar los siguientes:

a proteger a los consumidores, pues la regulación se establece procurando impedir precios abusivos, productos o servicios de mala calidad, y prácticas anticompetitivas;

b garantizar el acceso universal, en tanto en algunos casos la regulación busca garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a servicios públicos esenciales, independientemente de su ubicación o capacidad de pago;

c promover la eficiencia, cuando se procura – al menos eso se dice - mejorar la eficiencia del mercado mediante la eliminación de barreras a la entrada, la promoción de la competencia y la inversión en infraestructura, entendiendo que todo eso no se da a través de los mecanismos de la libertad de competencia.


En definitiva, hay sectores o mercados que se denominan regulados, en los cuales la libre competencia se ve sujeta a una serie de intervenciones estatales con el objetivo de proteger el interés público.

La regulación de estos sectores debe encontrar un equilibrio adecuado entre la intervención estatal y la competencia, garantizando la independencia y transparencia de los organismos reguladores y adaptándose a los cambios tecnológicos.




Imagen:

Riddarholmskyrkan (1914)

Isaac Grünewald (Swedish, 1889–1946)


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