Muchas veces se habla de la regla "de minimus", de minimus rule, en referencia a lo que efectivamente corresponde que sea analizado o, incluso, judicializado ya sea como política regulatoria o aplicación al caso concreto. Es de compleja aplicación, por supuesto. Voy a explicar la expresión como tal y su origen.
La frase latina "De minimis non curat lex", que se traduce como "la ley no se preocupa por las trivialidades", es un principio legal fundamental aplicado en diversos sistemas jurídicos a lo largo de la historia. Esta doctrina establece que los tribunales no deben ocuparse de asuntos insignificantes o de poca importancia, ya que ello implicaría un uso ineficiente de los recursos judiciales y podría distraer la atención de casos más serios.
En general, se considera que un asunto es demasiado trivial para ser considerado por un tribunal si
a el daño o perjuicio causado es mínimo o insignificante. Por ejemplo, un tribunal no se ocuparía de una demanda por una pequeña cantidad de dinero, como unos pocos dólares o pesos;
b el costo de litigar el caso superaría el valor del asunto en disputa. En tales casos, sería más eficiente y justo que las partes resolvieran el asunto por sí mismas o a través de métodos alternativos de resolución de disputas, como la mediación o el arbitraje;
c el asunto no tiene un precedente legal significativo o no presenta una cuestión jurídica importante.
Existen algunas excepciones notables a la aplicación del principio de minimis. Ejemplos de ellos sería, cuando:
a el asunto involucra un principio legal importante o incluso si el daño o perjuicio causado es mínimo, un tribunal puede decidir ocuparse del caso si este plantea una cuestión jurídica fundamental que necesita ser aclarada o resuelta;
b el asunto afecta a un grupo vulnerable de personas, pues los tribunales pueden ser más propensos a considerar asuntos triviales que afectan a niños, ancianos o personas con discapacidades, ya que estos grupos pueden ser particularmente vulnerables a la explotación o el abuso;
c el asunto tiene un impacto significativo en la reputación o la imagen de una persona o entidad. Incluso si el daño o perjuicio financiero es mínimo, un tribunal puede ocuparse del caso si este podría dañar seriamente la reputación o la imagen de la persona o entidad involucrada.
El principio de minimis constituye una herramienta importante a efectos de garantizar que los tribunales operen de manera eficiente y justa. Al evitar que los tribunales se ocupen de asuntos triviales, el principio permite que los jueces se concentren en casos más importantes y complejos que tienen un mayor impacto en la sociedad. Además, el principio ayuda a prevenir el abuso del sistema judicial por parte de personas que podrían intentar presentar demandas frívolas o sin fundamento.
Obviamente se trata de un principio discrecional, lo que significa que los jueces tienen cierta libertad para decidir si un asunto es demasiado trivial para ser considerado. Esta discreción permite a los jueces adaptar el principio a las circunstancias específicas de cada caso y garantizar que se haga justicia. No siempre, ni en todos los sistemas, ni en todos los temas se ve de esta manera y puede aplicarse la regla de minimus.
Otros LINKS:
https://en.wikipedia.org/wiki/De_minimis
https://lawtutor.co.uk/de-minimis-non-curat-lex
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